"El mismo Señor, nuestro Dios Jesucristo, es la fuente de vida, por eso nos invita a sí como a una fuente para que bebamos de Él. Bebe de Él quien lo ama, bebe de Él quien se alimenta con su palabra, quien lo ama debidamente, quien sinceramente lo desea, bebe de Él quien se inflama del amor de la sabiduría".
San Columbano, abad.